julio 06, 2007

The wall



Hace algunas semanas que me bajo una cuadra antes del colectivo al llegar a mi trabajo por la mañana. La primera vez que hice tal cosa, frente a la puerta de la oficina me pregunté por qué. No me lo cuestioné demasiado, en parte porque no me llegó ninguna respuesta que me convenciera lo suficiente.

La segunda o tercera vez, se me ocurrió que podría ser porque me fumaba en esos cien o ciento veinte metros, el primer cigarrillo de día. Lo descarté inmediatamente porque dentro de la oficina fumo casi libremente.

Surgieron cosas tales como que el motivo era terminar de escuchar el tema que venía sonando, que quería estirar las piernas antes de estar ocho horas sentado frente a la computadora, que necesitaba sentir un poco cómo estaba el clima, que era una especie de último momento de no trabajo, que mentalmente hacia una especie de listado de tareas pendientes. Todas respuestas lógicas pero insuficientes. Había algo por lo que yo hacia eso pero no lo tenia muy claro.

El atractivo del paisaje es nulo. Es el costado de una fábrica enorme que ocupa toda la manzana. Una pared de ladrillos a la vista carente de interrupciones atrevidas, sólo unas pocas ventanas altas, pintarrajeada a la cal. La vereda casi inexistente por momentos, invadida por el pasto y la basura, con grandes charcos de agua que no pueden saltarse y me obligan a pisar el barro en los días de lluvia o pronunciada humedad.

Con el tiempo, casi olvidándome de cuestionármelo, descubrí que lo hacía porque era uno de los pocos momentos en que me encontraba solo. Un instante mínimo en el día en el que pensaba en mí, y que una vez que atravesara la puerta de la oficina estaría acompañado durante todo el día. Estaba la radio de fondo, el teléfono y las otras personas que trabajan ahí, pero además de todas esas cosas, estaba acompañado.

Ya no me bajo más una cuadra antes. Conozco cada uno de los ladrillos y las pintadas. Se de memoria la ubicación de los charcos y podría transitar esa cuadra con los ojos vendados. Ya no estoy más acompañado. Puedo pensar en mí todo el puto día.

27 comentarios:

valentina* dijo...

Alguien alguna vez me dijo que en la vida existen momentos para todo.
Creo que entendiste cual es tu momento, y eso está bueno.
Saludos. Val

Mayfly dijo...

Ojalá tenga razón Valentina. Esto es pura transición entre momentos. Será un antes y un después. Otro más. Eso espero, estoy seguro.

Anónimo dijo...

Yo disfruto caminando solo. LAs bajadas del omnibus son en determinado lugar mas menos dos paradas, es aleatorio en ese rango.
Cuando camino entro en una especie de trance, me he cruzado veinte mil veces con conocidos que no saludé. Cuadno me quieren se ríen porque saben. Y es notable como uno frena en todas las esquinas o elude todas las baldosas flojas o cacas de perro.

Perrito Mozartiano dijo...

Te copio eso varias veces. Sobretodo cuando es denoche.

Carito dijo...

Je ! Me camine toda esta puta ciudad aprehendiendo a pensar en mi todo el puto dia.
Fue bueno mientras duro. Después aburre. tomese su tiempo Amigo.

Another Girl dijo...

Yo estoy sola todo el puto día también. Y trato de buscar la manera de disfrutarlo, porque sino se me hace insoportable.

Mayfly dijo...

Hoy por primera vez vi nieve en vivo. Si, en Buenos Aires nieva.

Roβεrtö:

Es como que uno tiene una especie de piloto automático muy sofisticado con sonares y radares de última generación. No llego al entrar en trance, pero casi.

Perro:

Entiendo su idea pero créame, no le gustaría caminar en esta zona de noche. Yo por suerte salgo temprano.

Carito:

Por suerte, mi tiempo ya tiene fecha final. Eso es bueno porque uno ya sabe cuando el estado de espera terminará.

Another girl:

Aunque insoportable a veces, suelo llegar a conclusiones bastante interesantes. Además me ahorro plata en psicoanálisis.

Llanura Pampeana dijo...

Y... el que sabe, sabe.

Salute.



Cayó nieve en la llanura. Pasá a ver cómo quedó.

Lucy in the sky with diamonds dijo...

Y me surgió una duda.
Cambiar el recorrido?
Bajar 5 cuadras antes y tomar otra calle?
Se me ocurre que puede ser una opción.
Eso de pensar en uno todo el fucking día es bastante nocivo.
No hay que enviciarse.
Un cariño,
Lucy.-

valentina* dijo...

Transiciones si las hay!
Suerte en la suya.
Y muy buenos esos temas que me pasó de Lisa Loeb.
saludos
val

Mayfly dijo...

Llanura:

???

Si, habito la llanura y vi la nieve, gracias. Igual paso todos los días.

Lucy:

Opciones válidas las que propone, Lucy, pero prefiero pensar un poco, sólo un poco en mi, sin llegar a la nocividad. A veces es bueno eso.

Valentina:

Me alegra que le haya gustado.

Saludos

Ay Rocío... dijo...

Que lindo... justo mentras leia su escrito estaba escuchando un poco de bossa nova, y pareciera que me transporte a esa imagen.
Think about yourself.

Antes solía subir al colectivo todos los días y me gustaba mucho mirar. Hace un año que vivo en el centro, no tomo mas colectivos, voy caminando a todos lados. A veces el sentirse uno entre la masa de gente lo hace pensar mucho!!
Pero siempre me acompaña la musica :)

Carito dijo...

Hola Mayfly
El 4/8 festejo mi cumpleaños nº 29 en Gorriti 4632 EL viejo soho. a las 23.58 hs.
Entra en http://aprehendiendo.blogspot.com/2007/07/promesa-de-fiesta.html
Que está la invitación formal y para anotarte en la lista de invitados. Ojala estes. podes venir acompañado

Mayfly dijo...

RM:

La música siempre es buena compañia. Yo escucho música y radio desde los 7 u 8 años. A esa edad, añoraba tener un walkman para poder hacerlo todo el tiempo en donde quiera que esté. Hoy, a veces me pasa que sin darme cuenta como, la música termina.

Carito:

I´m sorry. No voy a estar para esa fecha lo suficientemente cerca como para estar ahi físicamente. De todas formas, sabe, habrá un brindis en su honor, donde quiera que me encuentre.

Saludos

Princesa dijo...

Son momentos...no se, son raros.

Van y vienen, como cada una de las cosas que aletea en nuestras mentes buscando porques, respuestas que quien sabe donde andan, textos jamás escritos...

no sé...son formas de seguir vivos...dia a dia....


Llegue atraida por el avatar de tu blog, por lo que te dedico un aleteo de mis alas de mariposas!!!


NICE BLOG!

Mayfly dijo...

Princesa:

Gracias por estas palabras y bienvenida. La espero cuando guste.

Ignacio Martín dijo...

Pudiendo ir en bondi, también está la de elegir ir caminando, todo con tal de prolongar esa soledad-con-todos que necesita uno cuando sale a la calle y va a tal o cual lado, a rodearse de conocidos que más tarde o más temprano terminan haciendo que uno se olvide de sí mismo. Y sí, uno necesita esos rinconcitos para pensar solo, buscar esos momentos en rodeos innecesarios.

El perseguidor dijo...

Interesante reflexión... Muy bueno el blog en general che....

Saludos!!!

Mayfly dijo...

Pedazos:

Por supuesto. Muchas veces opto por caminar cuando necesito acomodar algunas ideas en los cajones que corresponda.


Perseguidor:

Bienvenido y muchas gracias. Cuando guste, la puesta está abierta.

Saludos

Anónimo dijo...

"The wall"
muy grande

we don´t need education!!

salud(os) a la soledad de los 120 metros

Mayfly dijo...

e:

We don´t need no thought control
es más aproximado a la idea del post.

Gracias por pasar.

Almendra dijo...

Son necesarios esos momentos de soledad, pero están buenos cuando uno los puede controlar, cuando sabés que tenés a quien volver.
No cuando son indefinidos e involuntarios.

Mayfly dijo...

Amande:

Bienbenida y gracias por el comment.
Siempre se tiene a quien volver, aunque no se haya ido nunca. Este es uno de esos casos.

Anónimo dijo...

Uno puede estar solo en diferentes circunstancias. Incluso hay soledades elegidas, como esas que tan bien describe usted. Pero hay una soledad tediosa, triste, desesperante, que es la provocada por el hecho de estar obligadamente rodeada de los seres equivocados. Esto lo pude experimentar recientemente en una oficina, donde los escasos diálogos llenaban dudosos vacíos, donde no había nada realmente interesante por lo que agradecer el hecho de estar acompañada. Entonces abría una ventana en mi mente y escapaba hacia un agradable no-lugar, que con el tiempo se transformó en la motivación diaria para sobrellevar con un sentido más rico las forzadas 8 horas de permanencia en el trabajo.

Ahora ya no abro ventanas, porque estas quedaron abiertas. Sopla un viento fuerte aquí, han entrado la lluvia, las hojas y hasta la nieve. El frío de este invierno me hiela la cara y las manos, pero lo disfruto con el placer de quien estuvo encerrado y de pronto ve la luz, y descubre que aquellas cuatro paredes lo alejaban del verdadero aire fresco. Las imágenes hablan desde mi ventana, y las disfruto tanto que ni por casualidad se me ocurriría hablar de soledad. Ya no hay nadie a mi alrededor, pero estoy más acompañada que nunca.

Querido MayFly, permítame dejar otra pintada en ese muro, una palabra nomás: gracias. Ya lo veo desde mi ventana caminando nuevamente esa cuadra.

Mayfly dijo...

Lois:

Me habla de oficinas y soledades tumultuosas. De ventanas con frío y viento, hojas, lluvia que no moja y hasta una increible nieve no tan imaginada. Creo que trabajábamos en el mismo lugar.

Ventanas muy abiertas en las paredes que a la hora de matar nos condenaron a una carcel de puertas abiertas también, sólo que no supimos encontrarlas durante mucho tiempo, pero que en estos momentos empiezan a dejarse ver más claramente, presagiando un escape seguro al aire fresco y respirable.

Por suerte, de nuestros trabajos no vivimos, solamente comemos. Y esas ventanas, así como las paredes, permanecerán abiertas y escritas por mucho tiempo.

Quien agradece soy yo, apenas con una mirada hacia esa ventana.

Clementina dijo...

A solas con uno mismo. Ese parece ser el producto más caro de la góndola. Ese que derrocha promesas y que a veces nos deja las manos resecas como un detergente de mala calidad. No es fácil caminar entre paredes que nos conocen de memoria. Es jodido acordarse de que uno está solo y preferirlo. Aunque de pronto, ese frío del que habla Lois viene y nos golpea la cara y es ahí cuando una empieza a darse cuenta de ciertas cosas. Y viendo esa foto me imagino una caminata hacia ningún lugar. Imagino también una charla de esas que nos recuerdan que al “final después de todo no somos tan distintos” y que hay complicidad más allá de los muros y de los ríos.
Abrazo fuerte.

Mayfly dijo...

Clement:

No somos tan distintos, es cierto. Todos tenemos paredes y caminatas que nos llevan a ningún lugar, hasta que una brújula nos muestra un norte y nos guia.

Cuando esa brújula deja de estar uno se siente, como es de suponer, perdido. Pero el tiempo en que la tuvo es recordado, sirvió para tomar puntos de referencia, y los diarios de viaje hacen que el camino sea totalmente claro. Se perfectamente hacia donde voy ya fijé la ruta en las cartas. Voy por mi brújula.

Waiting for 1989, no tan distintos.
Aunque 17 años más tarde.

Besos.

Este post se cierra.