agosto 25, 2009

La casualidad mató al gato

Feliz cumpleaños a mi blog abandonado, en blanco (negro). Casualmente pasé por acá hace justo un año o un par de segundos

agosto 25, 2008

Música del alma

(Click para agrandar)


Y crucé el charco. En otra situación pero para la misma época sólo que un año después. Me encontré con otras situaciones de la misma gente. Vi menos gente. Vi a La hermana menor y paré en lo de la hermana mayor. Me encontré con corazones en proceso de recomposición, bastante mejor de lo que los había dejado hace un año. Vidas que siguieron, se acomodaron, tomaron carrera y arrancaron nuevamente. Fuí a buscar algo que había dejado hace un año y cuando lo encontré decidí dejarlo nuevamente. Puede que nunca me lo traiga porque evidentemente ahí está mejor, se siente mejor.


Hubo chivito, obviamente. Patricia y una negra artesanal espectacular de la que no recuerdo el nombre, lo menos importante. Hubo mucho humo pero del que dejaba verlo todo. No hubo frío y si mucho calor. Hubo lágrimas y promesas. Un café irlandés en versión Uruguaya y unas tostadas con manteca Conaprole. Hubo Rambla pública y privada. 18 de Julio, Cagancha, Constitución, La Pasiva, La puerta de la Ciudadela, la empanada gigante y la rambla nuevamente. Hubo mucho más de lo que fui a buscar y no va a haber nunca suficientes palabras.


Ahhh... y si, encontré un tapón que le vaya a mi termo.


Se extraña (v)bo!, se recontra extraña.

julio 20, 2008

Hacete amigo!


- Y al final cuántos somos?
- Que se yo, ya se agregaron como 10 y los últimos no tengo idea de quienes son!!
- Entonces?
- No se boludo, es un quilombo
- Yo no tengo drama con mi casa pero si va a venir gente que no sabemos quienes son mejor nos colamos en alguna fiesta nosotros.
- Jajajajaja!
- De que lado vienen los desconocidos?
- De Maty
- A ver… nosotros somos 9 o 10.
- 14
- 14????
- Si, viene el novio de la anteojito, nacho, el narigón y la hermana.
- La hermana del narigón está acá???? Cuando llegó?
- El martes
- Que hija de puta!!! Hace como 15 años que no la veo. Ni avisó la turra!!!
- Y bueno… viste como es…
- Bueno, entonces somos 14, si la cuenta da 30 me están sobrando 16. Que onda?
- Y que mierda se yo? Se fueron enganchando!
- Si, veo, pero meter a 30 en una casa es un quilombo y en donde carajo vamos a reservar hoy para 30?
- No se, ni idea.
- Y son todos del lado de Maty?
- Creo que si.
- Entonces va a ser el día del amigo de Maty + nosotros
- Jajajajaja!
- Boludo!! Todos los años el mismo quilombo!!!???? Parecen mis clientes que el 22 de diciembre se acuerdan que termina el año y quieren todo rápido.
- Si, no se que onda, yo ya no me meto más, me tienen recontra podrido.
- Pero si habíamos quedado de un principio que era en casa. Que pasó?
- Es que Maty empezó a agregar gente y se llenó el bondi!!
- Bueno, entonces que se ocupe Maty y si no encuentra nada nos juntamos los 14 en casa y listo.
- Pará, no me cortes
- …
- …
- …
- Era Maty, consiguió una pizzería en Palermo. Pizza libre + una bebida $30.
- Un fenómeno. Reservó ya?
- Me estaba consultando
- Y hay lugar para los 30?
- Parece que si.
- Bueno, yo me prendo aunque es un afano.
- Si, es un afano pero ya estamos al horno.
- Bueno, cerrá. Mandás el mail vos?
- Si, yo me ocupo.
- Ok amigo, nos vemos.

Feliz Día, pa´todos

julio 08, 2008

a la Real Academia (No, no es racing)


Desde el borde del agua, apollado en el muro
veo pasar los barcos y despegar los aviones.


En el lugar donde los murciégalos duermen de noche,
donde algun amor floreció alguna vez,
donde nacio más de una indundación.


el umo me lleva asia los carritos, tomandome de la narí
y cual cómplice de fechorías y companiero de agnédotas
ya me espera el parrillero con un sanbuche de mondiola.


Eya comenta: vistes las mariposas? Vos también las sentistes en el estögamo?
Mientras termino el tentenpié pienso que lo único
que es seguro es que a la final tendré que ver al dotor.


Pero quien me quita lo vailado? Eh?
Como siempre te salvastes del decenso,
pero nosotro, cada ves más en la B.

junio 27, 2008

Y vos... de que lado estás, chabón??

No hace mucho que estoy en esto del blog, pero he logrado reconocer algunas características comunes a muchos. Esto no es una crítica. O si. O tal vez es una autocrítica. Bueno, no se. Sólo es algo que pude ver e intento resumir.

Con contenido:

Son blogs cuyos dueños postean y reciben cientos de comentarios o no, en poco tiempo. No siempre, por cuestiones de tiempo calculo, los comentarios son respondidos. A veces se arman discusiones interesantes en los que normalmente no se llega a ninguna conclusión. Los temas giran en torno a cuestiones de actualidad, política, música, dudas existenciales.

Sin contenido:

Son blogs cuyos dueños postean y reciben cientos de comentarios o no, en poco tiempo. Por lo general los comentarios son respondidos, cada uno de ellos. Terminan en cualquier pelotudez, digno del post que les dio origen. Los temas giran en torno a cuestiones como “me compré el dulce de leche colonial y no me gustó”, “el otro día perdí las llaves”, “que buen orto que tiene Ximena Capristo”.

Frontón:

Son blogs cuyos dueños no responden los comentarios que le dejan. Ni uno. Sencillamente es como que uno queda hablando solo. Es una lástima porque muchas veces se postean cosas interesantes que dan para el debate o intercambio de ideas o lo que sea. Otras veces no pero uno queda ahí preguntándose si el dueño lee los comentarios o qué. Suelen tirar la bomba y después no dan señales de presencia con lo que se asume que salieron corriendo. No hay respuesta. Normalmente el post siguiente no tiene nada que ver con el anterior.

Copy paste:

Toda clase de forwards, power points, listas de chistes, cosas curiosas (?), leyendas urbanas, letras de canciones, notas de revistas y millones de etcéteras que andan circulando por la web, son convertidas en posts. Algunos tienen la dignidad de aclarar su origen, pero en general son puestas al aire como una ocurrencia genial del dueño.

Cerrado:

Los temas son en general para cualquiera que pase por ahí, pero en los comentarios, el dueño se la pasa respondiendo y haciendo chistes que solo entienden tres o cuatro amigos, generando diálogos entre ellos y muchas veces ignorando al resto. Es como que uno cae en una mesa de un bar donde hay un grupo de gente que no conoce e intenta seguir la conversación mientras que para ellos uno no existe.

Personal:

Además de tener un costado personal en los posts, en los comentarios hasta se generan diálogos entre el dueño y los comentaristas con cada uno por separado. Muchas veces el post deja de ser invocado o, como dice una amiga, los comentarios son un post en si.

TOC:

Son los blogs en los que el dueño postea tres, cuatro y hasta cinco veces por día (Si, lo he vivido). Particularmente me marea un poco y como me cuesta seguirlos por falta de tiempo, termino por dejar de visitarlos. Me hago la idea de personas en las que el blog ocupa la mayor parte de su vida y cabeza, que se ponen muy mal cuando se les cae la conexión a la red y hasta se deprimen un poco.

Ermitaño:

No estuvieron ni están y muy posiblemente no estarán nunca habilitados los comentarios. Es lo más parecido a un diario electrónico. Sus dueños no quieren interacción y muy posiblemente ni se enteren si su blog es visitado por alguien.


Por favor, si gustan agregar para ampliar el catálogo, son bienvenidos. Se hará update.

junio 10, 2008

Bienvenido a mi país


Iba en el colectivo rumbo al trabajo mirando por la ventana la nada misma, cuando algo que pasaba a unos metros de mi asiento me llamó la atención. Un pasajero, estudiante de unos 25 años, se para y empieza un diálogo con un policía que viajaba con nosotros.

Pasajero: Si ya se, pero yo no puedo hacer nada y por eso te pido que hagas algo vos. Vos tenés que hacer algo.

Ambos caminan hacia el chofer para hablarle. Pensé que se trataba de un robo a bordo por lo que instintivamente llevé mis manos a los bolsillos para chequear que todo estuviera en su lugar y así fue. Como estaba sentado cerca del chofer, pude escuchar todo el diálogo:

Policía: Bueno, decile.
Pasajero: Decile vos, se supone que sos la autoridad.
Policía: Decile!! (Elevando la voz)
Pasajero: (Dirigiéndose al chofer) Escuchame… ya me tienen harto porque todos los días veo lo mismo. Venías a dos por hora y pasás los semáforos en rojo. No es que si venís rápido podés pasarlos en rojo pero interpreto que si venís muy rápido es por algo y tendrías un justificativo para hacerlo, pero venís a dos por hora y los pasas en rojo, lo que quiere decir que lo haces a propósito y que no te importa nada.
Chofer: Era un semáforo peatonal.
Pasajero: Ningún semáforo podés pasar en rojo y menos uno peatonal.
Chofer: Pero era esos que se accionan con un botón y no me dio tiempo a frenar.
Pasajero: Bueno, ese te lo acepto. Y el resto?
Chofer: Por que no te tranquilizás y empezás la mañana bien.
Policía: Si, sentate y quedate tranqui así todos tenemos un buen día.
Pasajero: La verdad que me esperaba algo así de los dos.

El pasajero se da vuelta y se va a sentar en donde estaba con cara de indignación y muy molesto. El policía se le acerca y junto con él otro pasajero que tenía toda la pinta de policía pero nunca se identificó. Entre los dos le empezaron a decir al chico que no estaba bien lo que había hecho de prepotear así al chofer. El chico los miró por un segundo y luego bajó la mirada con un gesto de “no lo puedo creer”. En ese momento el policía que estaba uniformado le grita “Mirame cuando te estoy hablando!!”. El chico lo mira y el policía sigue. “Sos un mal educado, no tenés respeto. Primero te quejás y después cuando te explican ni mirás!! Los problemas que tenemos en el país es por culpa de gente como vos. Mal educado de mierda (sic)”. El chico no le dice nada y a las dos paradas, en la facultad de veterinaria, se baja. Los dos policía siguen charlando sobre lo mal que estaba el país y lo estúpida que era la gente, que vivían de quejarse y que no se cuantas cosas más. Al rato el de civil se baja, como a las 20 cuadras. El viaje sigue y en un momento el policía uniformado se acerca al chofer y le pide disculpas por lo que pasó, le desea buen día y se baja en la siguiente parada.

En un momento pensé en intervenir pero la verdad que tuve miedo. Ninguno de los otros 15 pasajeros que viajaban en el colectivo hizo nada.

Esto no es ninguna ficción. Pasó en el interno 61 de la línea 111 el viernes de la semana pasada a las 8:10 a.m., línea uso todos los días para ir a trabajar y cuento los semáforos que los choferes pasan en rojo, aproximadamente el 70 % de ellos en el trayecto en el que viajo. Hice más de 35 denuncias ante la CNRT (Comisión Nacional de Regulación del Transporte) hasta que el marido de mi mejor amiga que trabaja dentro de dicho organismo, me convenció para que no perdiera más tiempo. Se limpian el culo con tu denuncia me dijo, así que estoy pensando en que a cada denuncia que haga en el futuro, pegarle con cinta pedazos de vidrios rotos, alambre de púa, azufre, arena, o alguna otra cosa.

mayo 29, 2008

Cartas, flores y un puñal


Para Loli, feliz cumpleaños.


Después de un tiempo sin trabajo por fin se le dio. No era exactamente lo que quería pero la paga era buena y los quilombos pocos, lo que lo hacía irresistible o por lo menos ideal para la situación. Dijo que si, que empezaba.
Económicamente estaba ahorcada, viviendo de prestado y las primeras cuentas mentales sólo tapaba agujeros, pero estaba feliz, por lo menos en ese plano.
Los primeros días como las primeras veces de todo. Conocer gente nueva dispersa en un enorme edificio, tratar de deducir quien era bueno y quien no, quien actuaba y quien no, imaginaba los pensamientos del resto con respecto a ella, a veces se perdía y trataba de hacer un mapa en su cabeza de las oficinas del piso, empezaba a estar nuevamente en el ruedo.
Se sentía un poco culpable porque el sueldo realmente era bueno, no sólo a cambio del trabajo en sí, sino que también era un buen sueldo, uno alto.
A los días se relajó un poco. Ya se sentía ubicada en su nueva vida y con sus nuevas obligaciones. Lo que todavía le pesaba era el viaje y no porque la empresa estuviera lejos, la que estaba lejos era ella.
La casa en las afueras tenía esa contra. Para cualquier cosa había que viajar más de una hora, porque cualquier cosa quedaba en la ciudad. Trataba de tomar el viaje como su real trabajo, porque era lo único que le pesaba, el resto no era tanto.
La casa la habían elegido los dos pero ella se enamoró en cuanto la vio. Cerca de la playa, con fondo y parrilla, con pocos árboles si, pero no le importó mucho ese detalle. Ya veía crecer sus plantitas cerca de la pared, en las macetas que había comprado hace tiempo y que tenía guardadas para esas plantas, exclusivamente.
Se acostumbró, después de un tiempo, a dormir en el ómnibus. Al principio le resultaban muy incómodos los asientos, pero en unas semanas cambió de parecer. También, pensó, que el trajín diario era un poco responsable de su sueño matinal y que tampoco había mucho para hacer.
Sus jefes, dos tipos de alrededor de cuarenta, con pinta de empresarios nuevos. El trato era bueno, racional, cosa que al principio le costó asumir, como quien se encuentra ante una situación que no sólo parece buena, sino que lo es.
Cobró su primer sueldo y devolvió gran parte de lo que había pedido. Con lo poco que le quedó, aguantó el siguiente mes. Recién en el tercero pudo decir que había cobrado y disfrutar del dinero. Se compró sandalias, música, un poco de cerveza y algo para fumar en casa. Paró frente a una vidriera en la que un vestido se le clavó en los ojos.
Unas semanas más tarde, uno de sus jefes la llamó y le dijo que debía reunirse con él y el otro socio en su oficina en quince minutos. El tipo era alto, morocho y con un humor estable y hasta simpático, cosa que ese día no tenía a juzgar por la cara.
Los quince minutos más largos de su vida habían comenzado. El reloj, cada vez que lo miraba, parecía retroceder en vez de avanzar. Empezó a percibir la densidad del aire y el frío de su espalda que no era acorde a ese enero de cuarenta y dos grados.
No era la primera vez en su vida que le tocaba sentir que lo bueno terminaba, por lo que se resignó y se calmó un poco. A los quince minutos, puntual, estaba golpeando la puerta del despacho. Entró con su mejor sonrisa, casi seduciendo involuntariamente.
Los socios se miraron como tratando de decidir quien iba a dar la mala nueva. Luego de un silencio de unos segundos que parecieron días enteros, uno de ellos la miró a los ojos y se lo dijo. Dio vueltas con temas como que todos hacían de todo, que cada uno era un empleado más y que sabía que no le iba a gustar, pero que las cartas había que mandarlas, para lo que había también, que ensobrarlas. Alrededor de seiscientas diarias hasta terminar con el listado de casi catorce mil fue el cálculo que hicieron.
Una mezcla de alivio y enojo la invadieron simultáneamente. No quiso quedarse callada para no dejar flotando la idea de que iba a hacer cualquier cosa que le pidieran. Protestó un poco pero en un tono irónico bien balanceado.
Cuando salió del despacho casi explota de contener la carcajada y mientras caminaba hasta su escritorio pensó en jugar a buscar conocidos dentro de aquellas cajas repletas de sobres y cartas.
Al tercer día ya había encontrado a algunos parientes, ex compañeros de estudios, un ex novio, su jefe en un trabajo anterior y hasta una prima de quien no tenía noticias hace mucho. Entre los sobres de una de las cajas, había en medio un espacio. Tomó la caja y la sacudió como para acomodarlos pero el espacio seguía ahí. Repitió la maniobra varias veces hasta que no pudo con su obsesión y vació la caja sobre el escritorio para acomodarlos uno por uno. Mientras lo hacía noto que uno de los sobres era distinto, como ligeramente más grande que los otros. Lo tomó y leyó el destinatario de la carta que ella misma había ensobrado. Sorprendida y asustada no podía creer no haberlo visto el día anterior cuando liquidó esa caja. Era su nombre. Con otra dirección pero era su nombre. Sin preocuparse demasiado pero siempre intrigada separó el sobre. Además, una vez que hizo esto, la caja quedaba perfectamente acomodada.
Revisó la base de datos y no encontró el registro. Lo esperaba, no sabía bien por que pero dado lo extraña de la situación era algo lógico que no esté en el mailing. Metió el sobre en su cartera y se lo llevó sin abrirlo.
Mientras viajaba de regreso a su casa se durmió escuchando algo de música pensando en el sobre, del que se olvidó completamente cuando despertó a unas cuadras de la parada de su casa.
Al llegar lo encontró como siempre últimamente, de mal humor. Discutieron pero no como siempre sino con más fuerza y violencia. Gritándose como nunca antes. Hasta se asombró de ser capaz de hacerlo porque siempre la había invadido el miedo que nunca pensó tener y que ahora estaba enterrando. Le dijo que se iba a ir, que ya no aguantaba más, que los años que pasaron habían sido buenos pero que no entendía como estaba ahí todavía. La respuesta de él le agujereó la médula de un tiro.
Encerrada en el baño dejo de ver la casa linda de golpe y hasta le dio asco. Pensó en irse en ese momento pero el cansancio la pegaba al piso. Salió del baño por un impulso y fue directamente a buscar el sobre dentro de su cartera. Lo agarró y volvió a encerrarse. Podía notar que dentro del sobre había un papel o algo de color oscuro, un marrón rojizo que antes no había notado. Igualmente no quiso abrirlo pero no dejó de mirarlo por más de una hora. Estaba intrigada pero a la vez tenía miedo por lo extraño de toda la situación.
El sobre permaneció en su cartera y ahí se quedó hasta el domingo, cuando presa de una desesperación melancólica lo agarró y casi corrió hasta la plaza, pequeña, pobre y venida a menos, pero con lo suficiente como para que su cabeza volara donde ella quería, a ninguna parte pero a todos lados. La hamaca, la única que quedaba entera había sido su diván durante varios domingos por la tarde, momento en el que la sangre se espesa de sentimientos y la hacen cada vez más densa y lenta. Esta vez sólo estaban ella, la hamaca y el sobre. Esta vez el aire estaba quieto y el tiempo también. Se levantó y miró hacia la ruta. Caminó despacio hasta la parada donde el ómnibus estaba detenido, como esperándola. Se subió y no sacó el boleto, sólo se sentó y miró por la ventanilla.
Bajó en la terminal y caminó unas cuadras hacia el río para después doblar a la izquierda y pasar el bar viejo que había visto una vez. Se detuvo y miró la dirección de la casa que estaba cruzando la calle, la dirección del sobre.
Una vieja la atendió y convidándole mate recién hecho le empezó a hablar de las comodidades de la casa.
Sólo falta la cocina porque en realidad es una división de mi casa que ahora me queda grande. Tendríamos que llegar a un acuerdo por la obra y ver como hacemos con los gastos…. y la voz de la vieja de repente dejó de escucharse porque se estaba viendo en un sillón sentada bajo la ventana, con su mini bar en construcción y las fotos en la pared, los libros en el piso y la radio de fondo, el mate y el termo sobre la alfombra, y el sobre en la mesa, abierto y casi roto, con el papel rojizo asomando y un mensaje escrito con su propia letra: “Bienvenida a la vida”.